Esta idea es una de las más sencillas, sólo necesitas un poco de sangre falsa (o colorante vegetal rojo), prendas gastadas o rotas que ya no uses, un poco de tierra y pinturas faciales. Mancha tu ropa con la tierra y la sangre, pinta tu cara como si estuvieras muy enfermo y con ojeras ¡Y listo! ¡Disfraz de lunes por la mañana! O zombie, es igual.
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